Nueva ocasión de comprobar como los segundos repartos no tienen mucho que envidiar a los primeros. En esta ópera en la que el dinero aparece tan a menudo en el libreto, bien podemos decir que otra vez hemos tenido duros a cuatro pesetas.
En esta ocasión lo mejor vino de la Rosina de la turca Karayavuz, cierto es que también creemos que la Rosina mezzo es mejor para el carácter del personaje, que se mostró muy segura vocalmente y salerosa en escena. Intérprete a seguir.
También Fontana, en la mejor tradición italiana del papel, se mostró dominante de la labor escénica y vocalmente notable. Parece especialmente dotado para la comedia.
Jorge Franco, como Almaviva, por supuesto tampoco abordó el "Cessa...", tuvo varias peleas con los elementos de atrezzo y vocalmente no resultó de especial mérito, pero saco adelante la parte, más cuando tiene que pelear con todas las exigencias físicas que le exige la escena.
El Basilio de Romeo, más barítono que bajo, abusó del recurso al chiste fácil sin acabar de rematar siempre su tarea vocal.
Imponente presencia del Basilio de Ialcic, no tanto vocalmente.
Fiorello, Berta y Ufficiale repitieron en las voces de Mendoza, Gancedo y Castillo con niveles similares al que dieron con el primer reparto.
La dirección musical de Valentini sonó más chispeante que la de su maestro, Dantone, aunque debió cuidar más el volumen, contando que en el elenco de cantantes el volumen no era cualidad especial de ninguno.
Buena entrada, con gran parte del público menor de edad, y aplausos generosos (de haber sido en el estreno buena parte de la prensa hablaría de ovaciones y enorme éxito) para todo el reparto.
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