Con una asistencia demasiado escasa, media entrada, para lo que se merecen intérprete y promotores del recital, nuevamente Albelo demostró sus cualidades, a pesar de un resfríado. Empezó el recital con las tópicas canciones de recital, pero ya con las dos últimas piezas de la primera parte, zarzuelísticas, fue creciendo la complicidad con el público. La segunda parte, toda operística, permitió disfrutar de unas versiones muy interesantes de "T'amo qual s'ama un angelo" y "Spirto gentil" donde demostró una mayor implicación interpretativa. También en el aria de Pecheurs, en la "donna è mobile", o en la propina, "Pour me rapprocher de Marie", gustó mucho. Se aprecia cierta evolución en la voz, más cuerpo, y la misma facilidad para el agudo.
Estando en la sala el Presidente de "Opera de Oviedo" y su máximo responsable artístico, sólo cabe preguntarse ahora para cuándo lo van a traer, porque en recital está bien, pero si ya no podemos traer a una ópera entera a un tenor verdaderamente importante que aparece en el panorama español, apaga y vámonos.
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