14 dic 2015

Grande de España.

No nos han de doler prendas en reconocer la atractiva propuesta que Ópera de Oviedo nos ofrece con la recuperación de esta ópera belcantista. Tantas veces nos ha dado sensación de desgana que queremos empezar hoy ensalzando la propuesta.

Suele ocurrir que cuando se reúnen unos cantantes solventes con una producción adecuada y una dirección musical profesional las cosas salgan bien. Desgraciadamente esto parece más difícil de lo que parece, pero esta vez hemos tenido suerte.

Como decimos, la producción es adecuada. A alguien le molestará la transposición de época, pero no debería, no altera sustancialmente la esencia de la obra o de los personajes. Se ve un trabajo adecuado a ayudar a narrar y reflejar los aspectos básicos de los personajes. Esto, hoy en día, parece casi imposible de lograr. Enhorabuena al Sr.Wagner.

Dentro del buen trabajo escénico, destacar el trabajo de figurantes y del Coro que tuvo bastante trabajo actoral que hacer para que no se distraigan en pensamientos peligrosos. En lo vocal los componentes masculinos aún necesitan esfuerzo para lograr la igualdad de género.

El maestro Tolomelli se pone también al servicio de la música y de los cantantes para conducir a la Oviedo Filarmonía a una interpretación adecuada y luciente muchas veces.

Un elenco prácticamente español ha demostrado que no hace falta irnos a buscar a tierras lejanas tenores de medio pelo, barítonos de melena entera o bajos rapados. Para empezar por la parte extranjera, la mexicana María Katzarava, que lució una voz bien esmaltada y segura en todos los registros, dotando de un dramatismo adecuado al personaje. Un poco más de esfuerzo y variedad le pediriamos en el fraseo. Da la sensación de que puede llegar a ser un nombre importante en la Lírica.

Ódena consigue fácilmente epatar, pero no es una voz especialmente elegante o noble,quizás con un pequeño vibrato, lo que le perjudicó en su aria. Sí que el material se revela importante y él es competente.

El triunfador fue José Bros, que ha vuelto a añadir un éxito a los que tantas veces ha tenido en nuestro teatro. Es una apuesta segura en estos roles belcantistas donizettianos. Algunos quizás hubieran gustado de mayor peso en algunas partes, pero él resolvió con maestría todos los escollos de su papel. En el aria fue justamente recompensado con aplausos y bravos.

Entre los secundarios, bien en la parte actoral  Zapater y Bou , discretos vocalmente. Sonoro y correcto Fadó. Suficiente R.Domínguez como tabernero.

Bastantes huecos por las partes altas del teatro con un público bastante agradecido para lo que es habitual en el estreno. Aplausos para todos, con especial incidencia en los tres protagonistas. Algún malestar con la propuesta escénica.

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