5 dic 2010

Verdades.

Interesante entrevista con R.Jacobs en La Nueva.

El mundo de la ópera está enfermo. Los directores de escena se han convertido en los héroes, dominan las producciones. Pero la enfermedad, en el fondo, no es nueva, sólo que ahora los síntomas son distintos. En la época de Rossini eran los cantantes quienes, casi de forma tiránica, mandaban en los teatros. Y con Wagner fueron los compositores. Es una nueva forma del mismo mal.

Defiendo la partitura con toda la fuerza y toda la intensidad de la que soy capaz para llegar a una especie de equilibrio. Una producción muy moderna sólo tendrá éxito si el director de escena no sólo conoce el texto, sino también la partitura, lo que el compositor quiso transmitir con su música, las emociones escritas en los márgenes. Y muchas veces esto no es así. Incluso algunos se atreven a decir que no respetan el libreto original porque les parece estúpido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario