19 sept 2010
Exito anunciado.
Como era de esperar, el estreno ayer de "L'incoronazione di Poppea" cosechó un éxito previsible, pero no rotundo. Previsible porque no se había escatimado en medios (reparto, escena, propaganda...) para que así fuese. No rotundo porque hubo una importante deserción de espectadores al descanso aunque los que aguantaron parecieron disfrutar o, al menos,una parte ruidosa de éllos.
El resultado artístico cabe catalogarlo de bueno, quedando los dúos finales de la pareja protagonista como un bello recuerdo que apaga partes más farragosas y hasta aburridas del primer acto.
Voces adecuadas, incluso con intérpretes que en otras óperas vinieron como estrellas aquí ocuparon papeles comprimarios.
La orquesta me pareció irregular, con algún problema de afinación, pero cosechó grandes aplausos. La parte escénica aún fue mayormente recompensada por el respetable, en una producción muy cuidada, pero que particularmente no me aportó demasiado.
Entre los cantantes los mayores aplausos fueron para Puértolas, delicada Poppea; Sabata, gran cantante e intérprete, el mejor; y Zapata, sin duda por sus dotes cómicas. En un rango menor De la Merced, siempre eficiente y Cencic, un tanto decepcionante. Repartido reconocimiento para el resto del largo reparto.
Aplausos numerosos, en parte ayudados por la cantidad de gente que sale a saludar, y una sensación de haber asistido a una función interesante, pero no mágica, ni histórica.
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